Clásico y contemporáneo

Hay muy pocas veces en la vida en que uno tiene la verdadera sensación de haber alcanzado un sueño, un GRAN logro, un enorme deseo cumplido. Son esas cosas por las que solemos luchar muchísimo, invertir mucho tiempo, trabajo y esfuerzo. Y cuando esos deseos se cumplen, se convierten en un hito en nuestra vida, hay un antes y un después de ese momento. Llegar a tener la casa que deseaste toda tu vida, es uno de esos hitos.

En mi trabajo siempre tengo la dicha de acompañar a muchas personas en ese momento, en ese camino, y es una de las cosas que más amo de mi profesión. Pero este proyecto fue particularmente significativo en ese sentido. Claudia es muy amiga de una muy amiga mía. Un día me llamó y me dijo “compré un departamento que tengo que dinamitar y hacer de nuevo”. Yo, que siempre creo que todas las casas tienen algo que rescatar, me reí y le dije que fuéramos a verlo.

Fuimos juntas a su (casi) nuevo departamento, que era hermosísimo, un piso 12 en pleno Belgrano con una vista que te hace sentir que, literalmnete, estás suspedida en el aire. Pero tenía terminaciones que no estaban a la altura. No había que dinamitarlo, pero sí transformarlo para hacerlo brillar y convertirlo en SU HOGAR.

Claudia me dijo: “este es el sueño de mi vida, necesito que me ayudes a renovarlo por completo, quiero convertirlo en la casa que siempre esperé, mi intuición me dice que confíe en vos” (durante la obra entendí cuánto confía Claudia en su intuición ¡y cómo le funciona!) Ella, que está muy acostumbrada a liderar equipos, se entregó a mis manos bajo el lema “yo soy tu cola de barrilete”. Y eso hizo, durante todo el proceso.

“este es el sueño de mi vida, necesito que me ayudes a renovarlo por completo, quiero convertirlo en la casa que siempre esperé, mi intuición me dice que confíe en vos”

Por supuesto, me pidió con inusual claridad TODO lo que quería: paleta de colores neutra y clara, calidez, elegancia, materiales nobles, clásico pero a la vez actual y muy, pero muy, funcional. Tenía una lista detalladísima de todos los requerimientos, lugares de guardado, necesidades, hábitos, todo, ambiente por ambiente, ítem por ítem. ¡Eso siempre facilita tanto nuestro trabajo!

Fue un proceso hermoso en todas sus instancias. Cargado de mucha responsabilidad, pero a la vez de mucha energía y mucha emoción. Varias veces terminamos las dos con lágrimas en los ojos de ver como todo, cada punto de su “lista de deseos” cobraba vida.