Eso fue lo que nos pidieron Mechi y Diego en la primera reunión. Querían transformar por completo el departamento ochentoso de la mamá de Diego, para darle un aire bien modernista (del verdadero modernismo, ese movimiento de vanguardia de principios del siglo pasado).
Decidimos usar una paleta de color bien neutra: sólo blanco, negro y gris, y materiales bien típicos de la época: vidrio, hierro, acero, cemento, madera, piedra. Y en todo momento tener presente la frase icónica del modernismo que dice que “menos es más”.
De entrada nos aclararon que se tenían que mudar sí o sí el 1° de Noviembre, lo que nos daba tres meses exactos para hacer la obra. Le dije a Diego: “No nos sobra ni un minuto. Vamos a llegar, pero vos te vas a estar mudando y nosotros vamos a estar atornillando los últimos picaportes, pero vamos a llegar”. Y así fue. Pudieron mudarse en el tiempo previsto y, mientras llegaban la cajas de la mudanza, nosotros retirábamos nuestras últimas herramientas. Todavía hoy se acuerdan de las corridas y nos agradecen haberles cumplido. ¿Qué hicimos? De toooodo: cocina nueva, 2 baños a nuevo también, ventanas, pisos, electricidad, pintura. Diego y Mechi corrieron a la par nuestra para agilizar todo lo que estuviera en sus manos, ya sea para comprar materiales, tomar decisiones, llevar o traer algo, lo que fuera. Fue un gran trabajo en equipo. Y, por sobre todas las cosas, lo hicieron siempre con humor y con amor. ¡No saben cuánto colabora eso en una obra!