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4 recursos para componer tus interiores como una profesional

¿Qué es lo que marca la diferencia entre un espacio que pasa inadvertido y uno de esos lugares que te dejan con la boca abierta? Hay muchas respuestas para esa pregunta pero, sin lugar a dudas, una de las más significativas es que están diseñados con arte.

Hoy quiero hablarte de 4 recursos compositivos que usamos los profesionales del diseño para componer los espacios y lograr que tengan «ese no sé qué», ese plus adicional que los hace especiales. Son 4 recursos que se usan también en la pintura, la escultura, la música… Son la base para cualquier composición artística. No son los únicos pero sí de los más importantes.

Mirá el video que te los explico en detalle y te muestro ejemplos:

1. Contraste

El contraste en el diseño de interiores es un recurso súper poderoso con el que podés lograr efectos muy impactantes. Contraste básicamente quiere decir componer con elementos que se oponen o se diferencian.

Podés utilizar el contraste con un montón de elementos compositivos: colores, materiales, texturas, luces, estilos, proporciones, estampados… Es un recuso ideal cuando querés generar tensión, impacto visual, contradicción.

La clave: juntar lo diferente.

2. Proporción

La proporción es la relación de medidas entre dos o más elementos o entre algunas de sus partes. Los objetos de uso suelen tener medidas más o menos estándar que son a las que estamos más habituados. Sin embargo, a veces podés desafiar esas medidas y jugar con las proporciones para generar un punto de atención, sorpresa o destacar un elemento.

Ojo, no siempre se pueden alterar las medidas estándar de los elementos sin dificultar su uso. Pero hay veces que sí y, si lo hacés intencionadamente, podés darle muchísima personalidad a tu composición.

La clave: que no pareza un error.

3. Simetría

Un clásico de clásicos. Hay quienes no pueden vivir en un mundo sin simetría y hay quienes no la soportan y necesitan romperla todo el tiempo. También hay puntos en el medio que juegan con las dos opciones.

La simetría está más relacionada con lo clásico, lo previsible, le estable, lo conocido, lo que se espera. En cambio la asimetría genera más movimiento, sorpresa, dinamismo. Ninguna de las dos está bien ni mal. Cómo siempre, todo va a depender de lo que quieras lograr.

La clave: ni tanto ni tan poco

4. Ritmo

El mejor ejemplo para entender el ritmo como recurso compositivo es la música. El ritmo es la manera en la que se suceden los elementos, cómo van «sonando». El ritmo es módulo, tiene matemática por detrás.

No necesariamente tiene que ser constante, de hecho un ritmo constante puede ser muy aburrido, pero sí es importante pensarlo intencionalmente porque es la cadencia de un espacio. Por ejemplo, lo vas a usar cuando modulás un mueble, o una secuencia de ventanas, o una panelería, o un estampado. O también cuando organizás diferentes conjuntos de elementos dentro de un espacio, como en la foto de abajo: la alacena, las 3 luces, las banquetas, los módulos del mueble, marcan el ritmo de cómo se van sucediendo las cosas en este espacio.

La clave: pensá cómo sonaría

Estoy segura de que después de ver este video vas a empezar a mirar todo con otros ojos. Vas a empezar a advertir estos recursos en una infinidad de cosas que te rodean: desde la ropa con la que te vestís hasta los paisajes de la naturaleza.

Y ahora sólo te queda empezar a aplicarlos en tus espacios para que generen el verdadero efecto WOW. ¿Te animás?

¡Hasta la próxima!